jueves, 25 de abril de 2019

HISTORIA DE LA LECTIO DIVINA

Lectura orante de la Palabra: Historia de un encuentro con Cristo 

A partir del Concilio Vaticano II los jóvenes se han convertido en una prioridad para la Iglesia Católica. En ocasiones hacemos algunas cosas que nos han enseñado, pero no conocemos su origen y por esto no comprendemos su significado. La Lectio Divina encuentra sus raíces en las sinagogas judías, donde los rabinos enseñaban que la lectura, la meditación y la oración era la mejor forma de comprender Las Escrituras. Manteniendo esa tradición, las primeras comunidades cristianas (II Tim 3, 14-17), desde Orígenes de Alejandría, pasando por San Jerónimo y San Ambrosio de Milán, se desarrolló una espiritualidad del desierto, que consistía entre otras cosas, en apartarse de los afanes de este mundo, del egoísmo personal, irse a un lugar alejado para vivir el Evangelio de forma más genuina, sencilla y humilde, en búsqueda de la pureza de corazón. Grandes hombres de Dios como San Juan Crisóstomo, San Gregorio Magno, entre otros, afirmaron la Lectio Divina; pero fue Isidoro de Sevilla quien dijo “Cuando rezamos, hablamos con Dios, cuando leemos Dios habla con nosotros” con esta frase podemos comprender el significado histórico de la Lectio Divina y su propósito. A lo largo de la historia, la Iglesia ha mantenido la Lectio Divina como la forma más adecuada para acercarse a Dios. Ahora que comprendes el origen y significado de la Lectio Divina te invitamos ponerla en práctica en tu vida, te edificará, te alegrará y tendrás más comunicación con Dios. Lee, Medita y Ora, esa es la moda.