jueves, 4 de febrero de 2016

Evangelización por el barrio


Testimonio de una experiencia de evangelización.

Hace unos días, tuve la oportunidad de participar por primera vez en mi vida de una experiencia de evangelización en la calle con el grupo de evangelizadores de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Desde que me encontré con el Señor siempre he sentido y tenido la necesidad de querer llevar a los demás este gran Tesoro que había encontrado, la perla preciosa de la que habla el Evangelio, y lo he procurado hacer de una manera muy sencilla manifestando a los que me rodean, amigos, compañeros de estudios y trabajo, familia, etc, lo que vivo como cristiano, mi día a día. Pero a la vez quería participar de alguna manera en actividades en grupo de evangelización.

La actividad consiste en anunciar de una manera sencilla a la gente que pasa por la calle que Jesús los está esperando y los ama y que si quieren pueden ir a estar con Él en silencio y rezar. Para ello preparamos en el salón de la Parroquia un lugar de recogimiento junto a Jesús Eucaristía. Primero tuvimos un rato de oración para abrirnos a la acción del Espíritu Santo.
Luego nos dividimos en cuatro grupos: los que iban a misionar por las calles,
 los que tenían que recibir y acoger a la gente que se acercara a la Iglesia, los que se quedaron rezando en el salón, y los miembros del grupo que tocaban música para el Señor y ayudaban a que hubiese un ambiente de oración. Yo al principio me iba a quedar en la acogida, pero a ultima hora vino Egoitz, un amigo de la Parroquia, y nos animamos a ir a misionar por las calles. Fue una experiencia estupenda y muy gratificante. Tener, por así decir, un "pretexto" para hablar de Jesús y de su Amor, como buenamente podíamos y de la forma en que nos impulsaba el Espíritu Santo, a cada una de las personas que se cruzaban con nosotros por la calle, que no le conocen, y por tanto, no saben del Amor del Corazón de Cristo que se entregó en la Cruz. Hubo todo tipo de reacciones, desde lo que no se paraban por las prisas, hasta lo que preguntaban interesados. Había también quienes en cuanto escuchaban  palabras como "Jesús" o "rezar" decían que no y se marchaban, pero casi siempre con educación y mucho respeto. Lo importante en todo caso es haber dejado esa semilla de Dios en cada uno de ellos. Aunque nosotros no veamos los frutos, el Señor seguro que se valdrá de nuestras pobres palabras para que muchos se paren por un momento en el camino de sus vidas y se vuelvan a Dios.

¡Para mi ha sido una muy buena primera vez! He experimentado como de verdad la Fe se fortalece dándola. Y desde luego pienso repetir.

¡Muchas gracias!

Nacho.